Las embarcaciones: su papel en la economía egipcia

La influencia de la navegación en el curso de la economía del Antiguo Egipto es vital ya que gran parte de su florecimiento se deriva de su empleo.

La creciente necesidad de la humanidad por incorporar el océano a su medio de vida provocó que las rutas marítimas, trazadas a lo largo del tiempo, obtuviesen una gran trascendencia al ofrecer la posibilidad de poder cruzarlo en todas direcciones y hacer accesible cualquier punto por lejano que se hallase.

Estas rutas marítimas a las que nos referimos requerían una serie de requisitos como el de tener una permanencia o representar unas vías determinadas por donde pudiese fluir una corriente continua de viajeros y mercancías; el papel de las embarcaciones ,entonces, se basaba principalmente en servir como medio de servicio a la economía.

El Nilo era la principal fuente de producción en Egipto y absolutamente toda la manufactura derivada de las beneficiosas características del mismo: desde los cereales hasta el ganado, desde los sarcófagos hasta las piedras para la construcción, eran transportadas en modestas embarcaciones de una a otra dirección a través del río africano.

El hecho es que, aunque la economía inicialmente era de subsistencia, existían algunos productos y materias primas de las que no se disponían en algunos puntos del país por lo que provocó un leve tráfico de dichas materias por aguas del Nilo que iría “in crescendo” gracias al importante aumento de las necesidades comerciales, turísticas e industriales de la humanidad.

Sobre la “autopista de Egipto” surcaban las falúas, un tipo de embarcación elaborada a partir de papiro y cuyo fin era el de dar respuesta a la economía transportando vasijas de alabastro y vidrio, finos tejidos de lino, ungüentos, perfumes y objetos de metal que vendían a los pueblos cercanos; el hecho de que únicamente los mejores barcos fuesen de madera (debido a que ésta era considerada como un bien escaso) derivó en el empleo de dicha materia para la construcción de las embarcaciones dedicadas a la navegación de exterior.

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Una cuestión de interés para argumentar la importancia de la embarcación en la economía egipcia es el hecho basado en la aparición de un excedente causante, en gran medida, de la aparición de un comercio más allá de las zonas egipcias, a través del Mediterráneo, rumbo a las regiones productoras de los artículos más lujosos (incienso, plata y madera fina de cedro). Otro factor importante en esta apertura del mercado egipcio es la atracción de los faraones por el lujo; su buen gusto y suntuosidad estimularían la búsqueda de minerales en tierras lejanas para la elaboración de objetos artísticos y orfebrería, por poner un ejemplo. Los mercaderes fueron los encargados en suministrar a Egipto con artículos exóticos a cambio de estos productos excedentes mencionados y propios de la región como era el lino; procedentes de tierras más lejanas como era el caso de Asia, les llegaban caballos, mientras que del sur (de Nubia y de Punt) les llegaba oro, marfil, ébano e incienso. Las plumas y los huevos de avestruz eran los regalos que los egipcios ofrecían a faraones de países del sur. Los Nubios ofrecían regalos a la corte egipcia ya que era rica en cobre, oro y piedras semipreciosas.

En el momento más floreciente del Antiguo Egipto la funcionalidad de la navegación era más que evidente ya que el empleo de las embarcaciones llegaría a sustentar el comercio. Gran parte de esta actividad se realizaba por barco, a través del Nilo y por el mar Mediterráneo se transportaba un importante caudal de mercancías de un lugar a otro. Incluso se ha llegado a comentar entre los estudiosos que hasta el faraón se hizo construir una escuadra personal capaz de aventurarse por el “Gran verde” y que dicha flota se hizo montar en los astilleros del Líbano para así simplificar el transporte de la madera para la construcción de su casco. Lo cierto es que estos navíos llegaban a alcanzar hasta los 50 metros de eslora por 17 metros de manga, tenían una vela rectangular y dos remos fijados a la popa que servían de timón.

Debemos recordar al lector que el oficio de la construcción de barcos es realmente antiguo, así lo podemos constatar a partir de las contundentes pruebas que ratifican la existencia de embarcaciones desde el año 2.300 a. C. Los relieves encontrados en algunos templos egipcios son un claro testimonio de este hecho ya que, a través de ellos, es posible encontrar multitud de representaciones que nos ofrecen una interesante información referente a su propia existencia y a los modelos de construcción afirmando la creación tanto de navíos grandes como pequeños que transportaban diversos productos indispensables para el desempeño de la vida cotidiana en el Antiguo Egipto.

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Se nos ha hablado de embarcaciones de pequeño tamaño elaborados, como hemos mencionado con anterioridad, a partir de juncos de papiro. Así mismo, las representaciones nos muestran cómo los egipcios gobernaban sus barcas con unos remos especiales montados en la popa. La mayoría de viajantes y pescadores impulsaban las balsas de juncos con perchas por las aguas profundas.

El sistema de navegación empleado para remontar el Nilo recurría al uso de remos con la vela totalmente recogida; mientras que para la navegación contracorriente, río arriba, se usaban velas grandes desplegadas al viento.

El control, durante varias épocas, por parte de Egipto sobre países vecinos como la región de Palestina, el Sinaí y Nubia junto a su fervoroso empeño por explotar sus riquezas, llevó a Egipto a multiplicar su actividad en los astilleros.

Todos estos acontecimientos vendrían paralelos a la ardua labor de los ingenieros quienes lograrían naves más rápidas, más grandes… para dar respuesta a las incesantes necesidades; innovaciones que marcarían el curso de la navegación como la introducción de la vela en forma trapezoidal (aunque luego fuese cuadrada y rectangular) la cual sería de mayor tamaño, más resistente… ofreciendo una mayor calidad y precisión a la navegación y repercutiendo directa y favorablemente en la economía. ¿Cuáles serían sus efectos positivos? Soluciones tan beneficiosas como la que encontramos en los avances técnicos aplicados al velamen o a la construcción de las naves ya que su mejora haría salir airosa a la embarcación ante los posibles agravios de la naturaleza (naufragios); otro efecto importante es que con naves más rápidas las expediciones tendrían mayor éxito al realizarse en menos tiempo; por lo que, con menos días de navegación, las inversiones serían aún menores.

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