Excavaciones en la antigua biblioteca de Alejandría

Si pudiésemos remontarnos a la época de la Grecia Clásica y tomáramos un barco rumbo a la mítica Alejandría; pasarían días hasta que pudiésemos abandonar el monótono azul del océano para atisbar en el horizonte una torre de 120 metros de altura, formada por tres cuerpos superpuestos.

La que ha sido considerada como la séptima maravilla del mundo, tenía como objetivo guiar por las noches a centenares de marineros para alejarlos de los arenales del delta. El famoso faro que tanta expectación creaba se había convertido, desde su construcción por mandato de Ptolomeo I, en el orgullo de una de las ciudades con el puerto más seguro.

Tras esta primera visión, Alejandría surgía como una ciudad compuesta por múltiples monumentos y asombrosas construcciones como numerosos palacios. Estrabón, uno de los historiadores más famosos de la época en la ciudad antigua, escribía que en la ciudad de Alejandría “podría incluso contarse como parte de los palacios regios el Museo, con sus pórticos, su exedra y el amplio cenáculo donde se sirven las comidas a sus doctos miembros”. Tal era la magnitud de las maravillas que adornaban Alejandría que incluso se levantó en ella, como antecedente de nuestras zonas verdes, una colina artificial, el Paneo, “a cuya cumbre se asciende por una escalera en espiral para contemplar, abajo, el panorama de la ciudad”.

Dos de las obras maestras de la ya casi mítica ciudad de Alejandría antigua fueron el Museo y su famosa Biblioteca (a la cual se le ha tildado como verdadero faro de toda la ciencia clásica). Se decía que fue Demetrio de Falera quien sugirió a Ptolomeo I Sóter la idea de establecer un gran centro de investigación en Alejandría con una biblioteca importante ligada a él, al que se debía llamar “Museo”. Los deseos de los dos primeros reyes tolemaicos por convertir a Egipto en el centro cultural del mundo antiguo y a Alejandría en la capital de las Ciencias, las Artes y la Filosofía; provocó la fundación de estas dos instituciones y el inicio de la empresa encargada de reunir una colección de libros acerca de la monarquía y el gobierno —del tipo de los escritos sobre filósofos-reyes de Platón—, además de libros de autores de todo el mundo que le pudieran servir para entender mejor los asuntos de la política y el comercio.

Paralelo al proyecto se consideró la posibilidad de traer a aquellos escritores, poetas, artistas y científicos de todas partes a Alejandría para enriquecer aún más el Museo y la Biblioteca hasta alzarla a la cumbre de la sabiduría. Los resultados no fueron en vano y hoy sabemos que el Museo llegó a ser el centro de estudios más grande de los tiempos antiguos y el primer instituto científico que registra la Historia; mientras que la Biblioteca fue la primera en su tipo de carácter universal.

De esta manera se invitó a estudiosos a llevar a cabo actividades diversas como por ejemplo, la observación y la deducción en Matemática, Medicina, Astronomía, y Geometría; originándose el nacimiento de nuevas disciplinas como la Trigonometría, la Gramática y la Preservación de Manuscritos. En una y otra ocasión fueron escudriñándose un sinfín de descubrimientos del mundo occidental que serían registrados y debatidos allí mismos durante 500 años, en los que no cejarían de proliferar hasta completar una inimaginable colección de documentos que permitirieron la transmisión y traducción de textos clásicos vitales al árabe y al hebreo.

Lo cierto es que nos parece extraordinario que todas aquellas genialidades de las que hemos podidos tener conocimiento a través de los escritos conservados de coetáneos y visitantes de la ciudad; hayan desaparecido sin más. Gracias a la cantidad de seguidores que tiene esta leyenda y el deseo de poder contemplar de nuevo estos restos, podemos contar con un numeroso grupo de arqueólogos que no cejan en el empeño por lograrlo.

El terrible final que le aguardaba a la biblioteca más importante del mundo antiguo ha tenido varios culpables a medida que se han ido formulando y en las que se atribuía, dicha aberración, a diferentes facciones y gobernantes como gobernantes romanos, griegos e incluso al pueblo árabe. A través de la reconstrucción histórica que se ha realizado sabemos que el primer incendio producido en el año 48 a.C., se ocasionó debido al conflicto en que Julio César se involucró para apoyar a Cleopatra VII en su lucha contra Ptolomeo XIII, su hermano. Se dice que entonces Julio César fue el causante de la quema de 40.000 volúmenes alojados en depósitos de granos cerca del puerto y que Marco Antonio quiso compensar a Cleopatra tal equivocación con 200.000 manuscritos de Pérgamo.

Biblioteca Alejandria. Representación.

Las constantes rivalidades por el poder en el Imperio Romano conllevaron la destrucción del propio Museo y el Palacio Real en el tercer siglo de nuestra era. El resto de la Biblioteca (también llamada biblioteca hija ya que albergó aquella colección que no podía albergar la biblioteca central) no sobreviviría más que hasta fines del siglo IV, cuando un decreto del Emperador Teodosio prohibía las religiones no-cristianas (paganas) y Teófilo (Obispo de Alejandría de 385 a 412 d.C.) destruía el Serapeum y la Biblioteca por ser la casa de la doctrina pagana. Como hemos podido comprobar ningún estudio puede albergar la teoría de que fuesen los árabes los causantes de dichos.

A partir de la iniciativa presentada por la comunidad internacional, por medio de la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (UNESCO), se ha logrado poner en práctica un proyecto en el que se contempla el trabajo arqueológico de Reconstrucción de la Antigua Biblioteca de Alejandría para reparar el desastre causado por el incendio que terminó con la vieja biblioteca hace más de 1600 años. Y han sido en estas recientes excavaciones en la ciudad de Alejandría las que, con motivo de construir una Nueva Biblioteca que recuerde el lustre de su antepasado, han desvelado restos de aquel lujo cortesano de los Ptolomeos.

La biblioteca de alejandria

Uno de los resultados más significativos del trabajo que está llevando un equipo polaco en la antigua biblioteca de Alejandría es el descubrimiento de unas ruinas que corresponden a una de las salas descubiertas de la famosa universidad asociada a la biblioteca. Como se ha comunicado a los medios, este hallazgo se asemeja a un auditorio que representa una de 13 salas de conferencias que tenía esa universidad y con un foro de 5000 estudiantes.

A pesar de que estos mismos arqueólogos no han descubierto o identificado todavía las ruinas del Museo la importancia de este descubrimiento es que se ha podido conocer que la famosa biblioteca tenía una universidad que representaba la dimensión académica de la biblioteca, corroborando así algunos textos de la época en la que se que la universidad existía en el mismo recinto de la biblioteca.

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